En Valle las Nubes creemos que la familia no siempre se hereda: también se construye. Aquí levantamos un hogar donde las jóvenes mujeres se sienten arropadas, acompañadas y con la confianza de que no caminan solas. Entre comidas compartidas, risas y aprendizajes, vamos tejiendo lazos que se vuelven raíz para toda la vida.

Cuidamos de su salud y su ánimo, les damos un techo donde sentirse seguras, una mesa con alimento equilibrado y, sobre todo, un espacio donde puedan crecer como mujeres fuertes, libres y capaces de elegir su propio camino. Porque en este valle lo importante no es solo enseñar oficios o estudios, sino recordarles cada día que nadie florece sin raíces de cariño y comunidad.

En el pilar de oficios de Valle las Nubes, acompañamos a nuestras jóvenes en un proceso de cuatro años que les permite formarse como técnicas agrícolas especializadas en agricultura regenerativa. Esta forma de trabajar la tierra no solo busca producir alimentos, sino también sanar el suelo, regenerar el entorno y sanar a quienes lo cuidan. Por eso incluye el contacto con animales pequeños —gallinas, conejos, patos— que se vuelven compañeros de aprendizaje y también parte del proceso de sanación personal.

Además de su formación agrícola, cada joven elige dos especializaciones que abren caminos distintos: cosmética natural, diseño textil y prensado botánico, elaboración de alimentos y panadería, o carpintería y herrería. Con estas herramientas, pueden levantar sus propios emprendimientos, emplearse con mejores oportunidades o incluso convertirse en maestras dentro del centro.

Durante esos años, también concluyen su preparatoria, para que, si alguna decide continuar en la universidad, lo haga con la seguridad de tener un suelo firme bajo sus pies.

Nuestras maestras y maestros son más que instructores: transmiten pasión y compromiso, siembran curiosidad y enseñan que el aprendizaje no se queda en el aula ni en el taller, sino que se vuelve parte de la vida misma.

En Valle las Nubes sabemos que al llegar a la mayoría de edad muchas jóvenes sienten la urgencia de ganar dinero rápido. La vida les exige, aunque todavía estén aprendiendo a andar en este camino. Por eso ofrecemos una beca mensualque no está pensada para cubrir lo básico —casa, comida o estudios, eso ya lo tienen aquí—, sino para algo igual de importante: sus gustos personales y clases extras.

Con ella pueden pagar desde un curso de canto o baile hasta comprarse un libro, una prenda o aquello que las haga sentir libres y seguras. Al mismo tiempo, les enseñamos a manejar su dinero y a planificar, porque también se aprende a soñar con la cartera en la mano.

Así, no tienen que elegir entre sobrevivir y crecer; pueden concentrarse en su formación, sabiendo que también tienen derecho a disfrutar de las pequeñas cosas que hacen la vida más suya.

En Valle las Nubes estamos convencidas de que un buen corazón vale tanto como cualquier oficio. Aquí enseñamos a nuestras jóvenes que cuidarse a sí mismas es importante, pero que también lo es cuidar a los demás y al mundo que nos sostiene.

Por eso participan en proyectos de servicio comunitario y en acciones para proteger la tierra, el agua y el aire. En esos espacios aprenden que la empatía y la solidaridad no son palabras bonitas, sino prácticas que cambian la vida propia y la de quienes están alrededor.

Creemos que la verdadera felicidad no se mide en lo que una logra sola, sino en lo que construimos juntas. Y nuestro compromiso es cultivar en ellas esa chispa de compasión y de entrega, para que puedan transformar no solo su historia, sino también la de la sociedad en la que habitan.